Mantenernos hidratados ayuda a saciar nuestra hambre, pues, cuando estamos deshidratados el cerebro suele enviar mensajes erróneos de hambre que podrían hacernos comer demás.
Asimismo, tomar agua ayuda a desintoxicar nuestro organismo, quemar grasas mientras se reposa y, sobre todo, a metabolizar las grasas que ingerimos.
Este es uno de los errores más comunes, y es que mucha gente suele pensar que comer menos significa que nuestro cuerpo quemará más grasa; sin embargo, lo único que logramos en estas ocasiones es que al ingerir menos calorías de lo normal, nuestro cuerpo hará lo posible por conservar sus recursos y volverá más lento tu metabolismo, haciendo que sea más difícil bajar de peso.
Además de hacer tu metabolismo más lento, se incrementará tu hambre y hará que al momento que vuelvas a comer te desenfrénes y tu cuerpo asimile mucho más las calorías, en la urgencia por conservar las energías. Lo mejor, es que comas cinco veces al día, porque, aunque pueda sorprenderte, esto te hará asimilar menos calorías.
No es lo mismo ingerir 60 calorías de atún que 60 calorías de helado, pues, está comprobado – por un estudio realizado el New England Journal of Medicine- que aquellas personas que ingieren calorías de productos almidonados o azucarados, ganan más peso que aquellas que consumen calorías de alimentos saludables; pues se procesan de manera distinta.
La moda de una alimentación saludable ha provocado que diversas compañías dedicadas al rubro de la comida lancen alimentos envasados con la etiqueta de saludables o dietéticos.
Estos, sin embargo, pueden contener más azúcares y calorías extra que la comida normal, pues los conservantes e ingredientes extra como los edulcorantes -usados usualmente para que obtengan más sabor- podrían evitar que perdamos peso y generar otras enfermedades, como la diabetes.
Un error que cometen muchas personas, es sobreestimar las calorías que queman y además, usarlas como una excusa para abrir el refrigerador e ingerir comida en exceso con la idea de “darse un gusto por el esfuerzo hecho”.
Esto, puede perjudicarte debido a que esta tendencia suele llevar a consumir productos que te hagan subir de peso.
Hacer ejercicios y tener una dieta saludable es bueno para el cuerpo; sin embargo, obsesionarte con ambos puntos podría perjudicar tu salud; pues podría hacerte vivir presionado y frustrado en caso no tengas los resultados deseados.
Existen tres tipos de cuerpo: el ectomorfo, el mesomorfo y el endomorfo. Las personas ectomorfas tienden a ser delgadas y a tener un metabolismo rápido que por lo general hace que les resulte difícil subir de peso.
Por otro lado, si tienes uno de los otros tipos de cuerpo, probablemente se te haga muy difícil pesar lo mismo que una persona con tendencia a ser delgada. Asimismo, debes tener en cuenta que pesar menos no es sinónimo de salud.
La sensación de nerviosismo hace que nuestro cerebro mande señales de necesidad de alimentos grasos o con exceso de azúcares; asimismo, el cortisol – hormona que se libera cuando estamos estresados- provoca la acumulación de grasas en nuestro organismo, especialmente en el área de la cintura. Procura mantenerte calmado con estos tips para llevar un día con menos estrés.
Quizás suene redundante, pero definitivamente, si quieres bajar de peso, el mayor error es romper la dieta. Sin importar que sea un cumpleaños, un fin de semana o que te encuentres de vacaciones, hará que pierdas el ritmo de tu vida saludable.
Perder peso puede ser difícil, pero todo depende de tu voluntad y el compromiso de llevar una vida saludable como un hábito; pues retomar una alimentación híper-calórica luego de alcanzar el peso deseado podría hacerte subir mucho más de peso.